Pues sí.
Me he enterado por un amigo mecánico.
NO ME HE
ENTERADO porque VW me hubiese comunicado oficialmente que han metido la
pata con sus inyectores en este modelo de Passat, entre otros fallos de
origen (véase la experiencia de los usuarios).
Me presento en el taller oficial y, efectivamente, estamos de campaña de cambio gratuito de inyectores...
Y yo sin enterarme (2007-2013). Pues cambiemelos, ya que he venido, vamos a aprovechar ¿no?.
Y
ya tengo inyectores nuevos. O inyectores reconstruidos, que es lo que
procede para ahorrarse unos euros. Y nadie en nuestro estado de derecho
obliga a VW a cambiar todos los inyectores en dicho modelo, avisando
reglamentariamente a sus propietarios. Los fabricantes están obligados
a reparar los fallos de fabricación, y no prescriben (eso dicen las
sentencias de los jueces). Hemos pagado religiosamente por un vehículo
sin fallos de fabricación. Pero peor, mucho peor, es que nadie hace nada
para evitar que estén circulando vehículos que es de conocimiento
público se les apaga el motor en el momento que un inyector falla (para
que no se rompa el motor), y en ese momento, las personas tienen que
rezar (si saben) para que puedan salvar la situación. Y que dios les
ayude, porque VW ya hizo el negocio y no está para tonterías, de
responsabilidades, de ética, o de moral. Zarandajas. El business es el
business. Sálvese quien pueda. No es un estado de derecho. Es un estado
de desecho. A las pruebas me remito. Y si tiene una vertiente jocosa la tontería,
pudiera ser ésta: Te instalo 18
airbags para tu seguridad, pero puedo dejarte una bomba de relojería que puede apagar el
motor en un adelantamiento en una via de doble sentido, por
poner un ejemplo entre miles. Siglo XXI: disfruta de la mejor tecnología alemana. ¿Devolverán el dinero de los propietarios que se han pagado el cambio de sus inyectores en talleres oficiales? ¿Y en talleres no oficiales? Nada por aquí, nada por allí. Y a vivir que son dos días. Lo dicho, sálvese quien pueda.
jueves, 24 de enero de 2013
martes, 15 de enero de 2013
La bomba del diesel
En Agosto 2012 de nuevo tirado en la carretera, la llamada al seguro, la grúa y al taller. El conductor de la grúa me dice que sabe lo que ocurre con el vehículo, que ya está harto de llevar este modelo a los talleres. La bomba (500€) que impulsa el diesel desde el depósito de combustible hasta el motor tiene un fallo de fábrica. Otra factura a sumar a la del inyector (1.000€), y en Enero de 2012, o sea, ayer mismamente, otra vez la grúa y al parecer se le ha ido un sensor del árbol de levas. Según el taller, al precio del sensor (75€) hay que añadir mano de obra por valor de más de 200€. Estando en garantía, 2 veces cambiaron el botón del freno de mano electrónico.
En definitiva, con esta avanzada tecnología electrónica en los vehículos donde cualquier avería te deja en medio de cualquier autopista, poniendo en peligro a conductores, ocupantes del vehículo y del resto que circulan a la velocidad a la que nos movemos, a quien menos le preocupa el tema es al fabricante, que sabiendo que hay quejas de este modelo, ni llama a revisión a los coches como hacen fabricantes serios como los japoneses, y prefieren poner en peligro a sus clientes.
Ya que no sirve de nada protestar ante los concesionarios de automóviles, porque no son los fabricantes, meros intermediarios que sólo entienden de proteger sus intereses, lo único que te queda es divulgar tu experiencia como consumidor y tomar nota para que el próximo vehículo que sustituya esta piedra de mechero no sea, ni en broma, del mismo fabricante.
En definitiva, con esta avanzada tecnología electrónica en los vehículos donde cualquier avería te deja en medio de cualquier autopista, poniendo en peligro a conductores, ocupantes del vehículo y del resto que circulan a la velocidad a la que nos movemos, a quien menos le preocupa el tema es al fabricante, que sabiendo que hay quejas de este modelo, ni llama a revisión a los coches como hacen fabricantes serios como los japoneses, y prefieren poner en peligro a sus clientes.
Ya que no sirve de nada protestar ante los concesionarios de automóviles, porque no son los fabricantes, meros intermediarios que sólo entienden de proteger sus intereses, lo único que te queda es divulgar tu experiencia como consumidor y tomar nota para que el próximo vehículo que sustituya esta piedra de mechero no sea, ni en broma, del mismo fabricante.
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